La IV Conferencia Mundial de las Mujeres celebrada en 1995 constató que el antiguo objetivo de igualar a las mujeres respecto a los hombres es insuficiente para superar la desigualdad entre mujeres y hombres, y que incluso margina los temas de igualdad en la agenda política general.

El año 1975 fue declarado por las Naciones Unidas como Año Internacional de la Mujer y con este motivo se celebró una gran Conferencia Internacional en México, que fue acompañada por infinidad de actos similares en todo el mundo. La autora asistió a la conferencia de Naciones Unidas y constató la escasez de consciencia e investigación sobre el trabajo no remunerado que realizan las mujeres dentro de los hogares.