Anarquistas, gracias a Dios (1979) trasciende, sin embargo, los límites de la obra puramente biográfica para alcanzar la dimensión de una crónica familiar que narra los problemas d elos emigrantes a Brasil y que refleja a la vez la historia de una ciudad y de un país. Hija menor de una familia de anarquistas italianos, Zélia Gattai rememora en un delicioso estilo coloquial la vida diaria de una adolescente en el Sao Paulo anterior a los rascacielos, cuando los sucesos cotidianos alcanzaban características de acontecimiento. El comentario de Jorge Amado sobre el libro escrito por "aquellla niña que es mi mujer desde hace treinta y cinco años" resume a la perfección el espíritu de esta "narración movida y simple" que resucita toda una época.