Velos negros al suelo en las escalinatas del ayuntamiento de Cáceres. Con ese gesto quisieron simbolizar su clamor en defensa de los derechos de las mujeres y niñas afganas, cuyo presente y futuro está peligro tras la vuelta del régimen talibán al poder. Decenas de personas se reunieron este jueves en la Plaza Mayor para mostrar su apoyo a la ciudadanía de Afganistán, sumida en el caos.

Rodeada de turistas, en pleno agosto, la protesta de las asociaciones feministas logró hacerse ver para evidenciar que, aunque a miles de kilómetros, importa que suene su voz para denunciar que los derechos de las mujeres no son negociables y que cualquier ataque «perjudica a todas».

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