María, Isabel, Françoise y Matilde
Tres violaciones en doscientas páginas puede ser excesivo o insuficiente. Entre la violación de María y la de Françoise ha transcurrido un siglo. Si fuera posible un recuento ¿A qué cantidad ascendería el número de mujeres escarnecidas, maltratadas, pisoteadas, cuyo corazón y cuyo espíritu no han podido creer en la dulzura del amor y que para ellas ha adoptado el rostro de la brutalidad y la violencia más bestiales que pueden concebirse?
Carmen Antón muestra a través de la historia de mujeres de una misma familia que la violación del cuerpo de la mujer, siempre siendo cruel y criminal y aunque haya supuesto un trauma psíquico y físico para la víctima, ha sido, sin embargo, aceptado de forma diferente tanto por las víctimas como por su entorno a lo largo de los siglos, e incluso en el espacio de unos pocos decenios, diferencia condicionada por la idiosincrasia de la sociedad y los hábitos y costumbres de cada generación.