Revista de Estudios de Juventud : Periodismo Ciudadano : Nuevas formas de comunicación, organización e información
Existe una nueva generación de individuos capacitados para generar contenido y participar activamente en las nuevas formas de relación y organización que permitirán poner en marcha los medios de comunicación y las sociedades del futuro.
Este nuevo posicionamiento del ciudadano como un agente activo está permitiendo cuestionar las estructuras establecidas, facilitando el advenimiento de otras nuevas en las que la colaboración, el anonimato, la neutralidad de la red y el bien común, sean las premisas fundacionales de un nuevo tipo de sociedad.
El empoderamiento tecnológico tiene como contrapartida la saturación de contenido, de ahí la importancia de conocer y utilizar las herramientas adecuadas que nos permitan seleccionar la información relevante entre el aluvión de ruido que se mueve en las redes sociales para así poder generar cambios en nuestro entorno cercano.
Chelsea Manning, Assange y Snowden, ya han generado cambios y como veremos en este trabajo nos dieron un curso acelerado de nuevo periodismo. En este sentido, WikiLeaks nos propuso practicar el periodismo de denuncia a una escala y con una radicalidad hasta entonces impensables.
Estos cambios han sido propiciados por la Red de redes y las herramientas puestas a nuestro alcance, al margen de nuestra capacidad económica, o del lugar donde vivamos, poniendo el énfasis en la colaboración e innovación como elementos facilitadores del cambio social.
Sin llegar a ser "ciberútopícos", las nuevas tecnologías y las herramientas de las que disponemos sólo nos ofrecen la "posibilidad" de realizar cambios pero ninguno de esos cambios sería posible sin el instrumento más importante con el que contamos: las personas. Nosotros, los ciudadanos, somos los verdaderos agentes del cambio para la acción social.
«Los medios digitales, en manos de miles de millones de personas, están cambiando las instituciones y la práctica profesional del periodismo y, por tanto, también la propia naturaleza de la democracia». Howard Rheingold.