Laura Triviño nos ofrece en este libro un ejercicio lúcido y sistemático de memoria feminista. En este caso, de memoria feminista sobre el fenómeno artístico: estudia a las mujeres pintoras del Cádiz decimonónico. Pone de manifiesto que las mujeres pintamos algo a pesar de que no nos han dejado pintar nada. Entre las bellas artes, la pintura comparte con la escultura el juego con los espacios, la configuración de los espacios. Requiere el ponerse en posición de sujeto ante los espacios.

El jurista José Castán Tobeñas es un referente necesario para conocer el tratamiento jurídico dado a la mujer en nuestro pasado más reciente. No sin razón ha sido calificado como la "máxima institución del derecho en el régimen franquista".

Sus autoras, hacen un repaso desde primeros de siglo hasta nuestros días abarcando a pintoras, escritoras, pedagogas y feministas que, en el marco de la creación tuvieron un papel destacado como puntas de lanza de un nuevo modo de ver y pensar. Todo ello “partiendo del estudio de casos a través de las historias de vida de dos generaciones de mujeres, utilizando una metodología transdisciplinar”, como dice García Colmenares en el prólogo.