El papel y la propia razón de ser del Instituto de la Mujer tienen su origen en las desigualdades entre mujeres y hombres, que obligan a promover y fomentar, desde la esfera pública, las condiciones que posibiliten la igualdad y la participación de las primeras en la vida política, cultural, económica y social, y eliminar los obstaculos que impiden dicha participación.

En sociedades altamente mediatizadas como la española, la publicidad posee una incidencia incuestionable en la elaboración de representaciones compartidas, además participa de la construcción del espacio público e influye en la delimitación de experiencias socialmente compartidas. Desde este punto de vista, hoy sigue siendo imprescindible el estudio de las representaciones publicitarias y sus efectos socioculturales, más aún en relación a una dimensión como el género, que constituye un territorio de transformación social de primer orden.

Hoy por hoy, en la escuela, todavía perduran elementos que reproducen y perpetúan el sexismo y las diferencias entre los futuros hombres y mujeres que formaran nuestra sociedad. Los nuevos retos a los que se enfrenta el sistema educativo: interculturalidad, respeto al medio ambiente, normalización del uso del idioma extranjero, etc., han podido desviar la atención sobre la Igualdad de oportunidades en la educación y se ha podido llegar a pensar que la batalla estaba ganada.