Este informe supone una contribución importante sobre una cuestión compleja y ampliamente debatida, que aborda desde una nueva perspectiva. El acuerdo unánime que ha logrado, merece ser destacado, habida cuenta de la diversidad de los orígenes culturales y científicos de los miembros del Grupo. De acuerdo con el informe, los obstáculos que impiden que las mujeres participen plenamente en la economía son de índole estructural.

La Comisión de las Comunidades Europeas ha formulado una Recomendación relativa a la Protección de la Dignidad de la Mujer y del Hombre en el Trabajo, así como un Código de Conducta.

Estas disposiciones se enmarcan dentro de las acciones positivas en favor de las mujeres, promovidas en la Recomendación de 13 de Diciembre de 1984 y en las Resoluciones sobre la violencia contra la Mujer y la protección de la dignidad de la mujer y el hombre en el trabajo.

La política comunitaria puede resumirse como una determinación de integrar a las mujeres en la corriente principal del desarrollo en términos igualitarios con respecto a los hombres, tanto en su calidad de agentes como de beneficiarios del mismo. Esta política se basa en los principios de los derechos humanos y la justicia social y también en la racionalidad económica directa de una asignación de recursos que tenga en cuenta la relación coste/ eficacia.